
Las
varices son venas dilatadas,
alargadas y tortuosas de las piernas, debido a
la perdida de elasticidad y a la insuficiencia de sus válvulas. La
función de las venas en las piernas es permitir el retorno de la sangre desde
los pies hacia el corazón para su oxigenación, que se realiza luego en los
pulmones. Para permitir ese flujo consta de una serie de válvulas, que se abren
para permitir ese flujo en ese sentido, pero en cambio, se cierran para impedir
el flujo en sentido contrario, es decir, que vuelva nuevamente hacia los pies.
Cuando falla alguna de estas válvulas, se produce este flujo en sentido
contrario (reflujo) que determina,
junto con una alteración de la propia pared venosa, una sobrecarga del sistema
venoso correspondiente a ese sector venoso, y este se dilata como consecuencia
de esa hiperpresión venosa, que es la base de la fisiopatología de patología
varicosa. Debido a éste reflujo venoso, y por lo tanto, debido a ésta
hiperpresión venosa, las piernas con varices pueden experimentar, pesadez, hinchazón (edema), calambres, dolor, picor y lesiones de la piel (eczema,

hipodermatitis ocre, atrofia blanca, lipodermatitis ocre) que pueden
evolucionar en el tiempo a una úlcera
flebostasica.
Los factores de riesgo más importantes son, la herencia familiar, y la edad. La evolución y su gravedad aumenta con el incremento de la edad. La alteración hemodinámica (reflujo venoso) que persiste a lo largo de los años determina una progresión en los estadios clínicos de la enfermedad. Otros factores a tener en cuenta son, la obesidad, el tabaco, el número de embarazos, pie planos y permanecer de pie de forma prolongada (profesiones).
Los factores de riesgo más importantes son, la herencia familiar, y la edad. La evolución y su gravedad aumenta con el incremento de la edad. La alteración hemodinámica (reflujo venoso) que persiste a lo largo de los años determina una progresión en los estadios clínicos de la enfermedad. Otros factores a tener en cuenta son, la obesidad, el tabaco, el número de embarazos, pie planos y permanecer de pie de forma prolongada (profesiones).

Además,
de las lesiones de la piel, las varices se pueden complicar por una varicotrombosis
(se coagula la sangre en la propia vena varicosa y forma un trombo) o por una varicorragia (salida de sangre por fuera
de la variz).

Según su
localización y tamaño, las varices pueden ser clasificadas como, telangiectasias o arañas vasculares, venículas o
venas reticulares, y varices tronculares. Las telangiectasias son venas dilatadas, intradérmicas, de menos de 1
mm de diámetro, mientras que las venas
reticulares serían venas no palpables, subdérmicas de menos de 3 mm de
diámetro.

Las varices tronculares son venas palpables, subcutánea, de más de 3 mm
de diámetro. Y desde un punto de vista terapéutico, desde nuestro punto de
vista, requiere un tratamiento diferente para cada una de ellas, pero con una valoración diagnóstica común: un
estudio anatómico y hemodinámico de las varices mediante ecografía
doppler. Éste ha sido uno de los
grandes avances en los últimos años en relación al tratamiento de las varices.
El conocimiento y entendimiento de las alteraciones hemodinámicas de las
varices mediante ecografía doppler es el pilar fundamental para su manejo
terapéutico. Una vez, que comprendemos que tipo de alteración presenta el
paciente de forma concreta, podemos recomendarle un tratamiento razonado de su
enfermedad. El origen de las varices en ocasiones (venous reflux point o
punto de fuga) puede localizarse en la propia
pierna, generalmente en el cayado safenofemoral o safenopopliteo o depender
del sistema de venas de perforantes, pero en otras ocasiones, el origen se
encuentra más proximal, en la zona abdominopelvica, alejada de la pierna. Esta identificación del origen de las
varices, es importante para la planificación terapéutica, para actuar sólo en
las venas implicadas respetando la mayor red venosa posible, como así también,
para informar de sus posibles resultados.
Según la ecografía doppler y según el tipo de variz determinaremos, según nuestro criterio, la recomendación terapéutica más adecuada para cada paciente:
Según la ecografía doppler y según el tipo de variz determinaremos, según nuestro criterio, la recomendación terapéutica más adecuada para cada paciente:

TERMOABLACION ENDOVASCULAR MEDIANTE ENDOLASER

TERMOABLACION ENDOVASCULAR MEDIANTE RADIOFRECUENCIA

CIRUGIA HEMODINAMICA (CURA CHIVA)

CIRUGIA ECOGUIADA

ESCLEROTERAPIA